Desenterrando la Violeta: El recuerdo auténtico e intemporal de Toulouse
Si está planeando un viaje a la encantadora ciudad de Toulouse, una cosa es segura, no puede volver a casa sin la esencia de la ciudad capturada en su auténtico recuerdo: la querida violeta. Esta flor, símbolo de la ciudad, pinta un relato de historia, amor y tradición que deja una huella indeleble en todo aquel que la visita.
Con un brillo azucarado, los pétalos de violeta confitados de Toulouse son una delicia para la vista, y su vivo tono púrpura deja entrever el sabor floral dulce y único que prometen.
La Violeta - Una flor de amor y modestia
Adentrémonos en la encantadora historia de esta flor aparentemente delicada, que, como muchas grandes cosas, llegó a Toulouse a través de una historia de amor. Según cuenta la leyenda urbana, un oficial del ejército de Napoleón III trajo una violeta para su prometida de una campaña militar en Parma (Italia). Esta floreciente muestra de amor acabó convirtiéndose en una importante industria y símbolo de la Ville Rose.
En el lenguaje de las flores, la violeta significa modestia y decencia. Sus pétalos en forma de corazón encierran un mensaje secreto de amor cuando se ofrecen en ramo. Por eso no es de extrañar que la frase "El amor es un ramo de violetas" resuene profundamente entre los tolosanos.
Vendedores de violetas a principios del siglo XX en el Marché des Violettes.
La multitud del violeta
Existen más de 300 especies de violeta, pero destaca la violeta de Toulouse. Es una violeta doble, con un fascinante despliegue de 30 a 50 pétalos, y se pueden encontrar casi 100 variedades de distintos países en el Conservatoire National de la Violette.
El proceso de cultivo de esta cautivadora flor es bastante intrigante. Esta planta sin semillas se reproduce por esquejes y se cultiva en invernadero. Aunque sólo florece unos pocos meses al año (de octubre a marzo), se puede encontrar esta deliciosa flor durante todo el año en diversas formas, como fragancias, cosméticos, textiles y un surtido de deliciosas golosinas.
Un arbusto de violetas de Toulouse, con pétalos de color púrpura intenso que se despliegan en forma de corazón, mostrando su delicada belleza.
Un ramillete de delicias culinarias
Dediquemos un momento a apreciar la versatilidad culinaria de la violeta. Desde los pétalos de violeta azucarados, perfectos para decorar pasteles o degustarlos tal cual, hasta el sublime licor de violeta, el atractivo gastronómico de esta pequeña flor es ilimitado. El licor de violeta, cuya receta secreta guarda celosamente la familia Serre (destiladores de Toulouse desde 1841), se sirve frío como digestivo o en cóctel. También hay una gama de conservas, mostazas e infusiones de violetas que llevarán su experiencia culinaria a nuevas cotas.
Un invitado de nuestro Tour de la Comida Tradicional de Toulouse degustando el brioche con castañas y violetas de Maison Pillon.
El sutil aroma de la violeta
La violeta de Toulouse posee una fragancia etérea, elegante y sutil a la vez, que adormece suavemente los receptores olfativos. Como resultado, no se puede oler su aroma durante mucho tiempo, lo que aumenta su mística seductora. Puede llevarse a casa esta hermosa fragancia en forma de velas, popurrí, jabones y perfumes. Un artículo imprescindible es "Violettes de Toulouse" de la Maison Berdoues, una fragancia mundialmente conocida desde 1936.
Además, la línea cosmética "Jardin Confidentiel" utiliza la violeta en sus fórmulas de belleza natural, ofreciendo cuidados faciales y corporales, y tratamientos antiedad. Puede encontrarlos en La Maison de la Violette.
Celebración de la violeta
Toulouse rinde homenaje a esta modesta floración cada año el primer fin de semana de febrero con la "Fête de la Violette". Esta vibrante fiesta ofrece talleres de macetas, exposiciones y diversas actividades que atraen a grandes y pequeños.
Así que la próxima vez que esté en Toulouse o planee una visita, no olvide llevarse un trocito de Toulouse. Tanto si decide darse un capricho a base de violetas como si prefiere llevarse a casa su seductora fragancia, una cosa es segura: el auténtico recuerdo de Toulouse es siempre, sin lugar a dudas, la violeta.
